PRINCESA (1)

Como en un cuento de hadas, donde hay, princesas, príncipes, ogros, brujas, hadas, caballeros, campesinos, etc...

Y como en cualquier cuento, se empieza con un "Erase una vez..." y hoy no va ser distinto. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia o no, ya que un cuento, es eso, un cuento.

Erase una vez ... hará unos mil años, una chiquita, nacida en el seno de una familia humilde, como tantas que habitaban nuestra España.

Aún nadie lo sabía nada y menos ella o su familia, pero estaba llamada a ser una princesa, tenía este destino marcado. Nadie puede escapar de su destino, ni que lo fuerces ni que huyas, este te alcanza sin remedio.

Desde una temprana edad, empezó a destacar por sus cualidades en el canto y así mismo por el buen manejo de instrumentos musicales, la música era parte de su ser, la tenía navegando por sus venas, tomó clases con prestigiosos profesores, en lugares destacados, ingresando posteriormente junto a otros elegidos a formar parte de un coro de ángeles celestiales.

Pasaron los años, ella mantenía intacto su sueño, que no era otro que cantar ante multitud de gentes, llegados desde todos los rincones de la tierra, y luchaba por él en la medida de sus posibilidades, ello no le daba para comer, por lo que debía alternar su sueño con una ocupación que le permitiera dentro de lo posible alcanzar ese deseado sueño.

Se presentó a varias pruebas, a todas las que se celebraban y donde con ellas podía ver ella realizado su sueño, pero la fortuna nunca le sonrió.

En el reino Mayor se produjo, como se venía haciendo año tras años, unas proclamas para realizar unas pruebas de aptitud, para entrar a formar parte de un grupo de élite, unos cuantos escogidos entre miles, que se les enseñaría, a perfeccionar, a corregir, en definitiva, a sacar el mayor partido de su instrumento musical, sus cuerdas vocales, se batirían luego en un duro y a veces injusto torneo.

Al entrar allí se enfrentó con varios personajes, entre los cuales encontró a un payaso, una bruja, un bufón, un erudito, un visionario, un escudero e innumerables enemigos, que estaban al acecho para saltar sobre ella a la mínima de cambio, pero también verdadera ayuda y apoyo en algunos compañeros de encierro, que le hizo mas llevadero su participación en dicho torneo.

En el palacio donde se celebraba cada año el torneo, se reunieron todo ese grupo de élite musical junto a esos personajes tan variopintos antes comentados. Tenían los participantes acceso a cualquier dependencia en la parte oeste, pero no al resto del palacio. Estaban constantemente vigilados por algunos súbditos leales al conde GEMU, en cualquier momento todo era visto y escuchado, nada se les escapaba de su saber. Allí dentro encerrada, enfrentándose día tras día con sus compañeros de encierro, se fueron librando batallas, donde una vez por semana debían demostrar que eran los mejores y si no era así, eran eliminados, tenían unas fauces hambrientas dispuestas a satisfacer su hambre mas atroz, cortando de raíz cualquier ilusión y saber.

Durante la semana eran aleccionados por el erudito, el visionario y demás miembros de grupo tutor, incluso el payaso y el bufón tenían su tiempo con ellos.

Nuestra princesa fue tomando sus lecciones aplicadamente, sin distraerse ni desviarse de su conducta ni de su meta a conseguir. Ese camino nunca fue un camino de rosas, ni un río manso, al contrario, era como un mar bravío, constantemente revuelto, donde soplaban vientos fuertísimos que la empujaban a estrellarse contra las rocas pero su destreza y su fortaleza hicieron que se salvara día tras día de las maquinaciones de estas mentes enajenadas y envidiosas, recibiendo el apoyo incondicional del erudito y el visionario.

En las contiendas semanales, ella demostraba cada vez que le tocaba turno, el porqué había entrado en dicha selección y con la ayuda de su escudero y un buen puñado de súbditos embravecidos por la injusticia con la que era tratada, era salvada, semana tras semana de las fauces del voraz olvido.

Continuará ...

(KANET)